Los alimentos transgénicos son aquellos alimentos a los que se les han insertado genes exógenos (de otras plantas o animales) en sus códigos genéticos.
La ingeniería genética se puede hacer con plantas, animales o bacterias y otros microorganismos. Los humanos hemos producido cultivos y criado animales para obtener características deseables durante miles de años. Por ejemplo, criamos perros desde poodles hasta gran danés y rosas desde las miniaturas con olor dulce hasta las rosas rojas que viven más tiempo pero carecen de olor de hoy en día.
La cría selectiva con el tiempo creó estas amplias variaciones, pero el proceso dependía de que la naturaleza produjera el gen deseado. Los humanos entonces elegían aparear los animales o plantas individuales que portaban ese gen particular, con el fin de hacer que las características deseadas fueran más comunes o más pronunciadas.
Hemos estado modificando genéticamente plantas desde la década de 1990. La ingeniería genética permite a los científicos acelerar este proceso pasando los genes deseados de una planta a otra o incluso de un animal a una planta y viceversa.
Los posibles beneficios de los alimentos transgénicos incluyen:
- Alimentos más nutritivos
- Alimentos más apetitosos
- Plantas resistentes a la sequía y a las enfermedades, que requieren menos recursos ambientales (como agua y fertilizante)
- Disminución en el uso de pesticidas
- Aumento en el suministro de alimentos a un costo reducido y con una mayor vida útil
- Crecimiento más rápido en plantas y animales
- Alimentos con características más deseables, como papas (patatas) que absorben menos grasa al freírlas
- Alimentos medicinales que se podrían utilizar como vacunas u otros medicamentos
Los riesgos potenciales incluyen:
- Las plantas y los animales modificados pueden tener cambios genéticos inesperados y dañinos.
- Los organismos modificados se pueden cruzar con organismos naturales. Esto puede llevar a la extinción del organismo original u otros efectos ambientales impredecibles.
- Las plantas pueden ser menos resistentes a algunas plagas y más susceptibles a otras.
Por medio de la biotecnología, se han alterado genéticamente los tomates, las patatas (papas), la ahuyama o calabaza, el maíz y la soya (soja). Muchos alimentos más contienen ingredientes modificados y se están desarrollando otros más. Para obtener mayor información, consulte a la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (Food and Drug Administration, FDA).
La Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos regula la producción y etiquetado de alimentos transgénicos. Algunas personas han expresado inquietudes con respecto a que los genes de un alimento que se insertan en otro pueden causar una reacción alérgica. Por ejemplo, si los genes del cacahuete (maní) están en los tomates, ¿es posible que alguien con una alergia a los cacahuetes, pueda reaccionar negativamente a los tomates?
En enero de 2001, el Centro para la Nutrición Aplicada y la Seguridad en los Alimentos de la FDA (Center for Food Safety and Applied Nutrition) propuso que quienes desarrollen alimentos procesados genéticamente presenten información científica y de seguridad a la FDA al menos 120 días antes de que el producto salga a la venta. Se pueden encontrar mayores detalles sobre estos alimentos en el sitio web de la FDA.
Además de la FDA, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (Environmental Protection Agency, EPA) y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (U.S. Department of Agriculture, USDA) regulan también las plantas y animales modificados genéticamente.
Los alimentos transgénicos generalmente se consideran seguros. Sin embargo, no ha habido pruebas suficientes para garantizar la total seguridad. No existen informes de enfermedades o lesiones debido a estos alimentos. Cada alimento transgénico nuevo tendrá que evaluarse de manera individual.
Alimentos producidos con bioingeniería; OMG; alimentos modificados genéticamente
Beneficios de los alimentos transgénicos
Algunos de los beneficios de los alimentos transgénicos, entre otros, son:
- Alimentos con mejores y más cantidad de nutrientes.
- Mejor sabor en los productos creados.
- Mejor adaptación de las plantas a condiciones de vida más deplorables.
- Aumento en la producción de los alimentos con un sustancial ahorro de recursos.
- Aceleración en el crecimiento de las plantas y animales.
- Mejores características de los alimentos producidos a la hora de cocinarse.
- Capacidad de los alimentos para utilizarse como medicamentos o vacunas para la prevención y el tratamiento de enfermedades.
Desventajas de los alimentos transgénicos:
Sin embargo, a pesar de las ventajas que pueden aportar para quien los consume, muchos expertos y organizaciones se oponen a la comercialización de los alimentos transgénicos, principalmente por los daños al medio ambiente y a la salud que estos pueden causar, entre ellos:
- Incremento de sustancias tóxicas en el ambiente.
- Perdida de la biodiversidad.
- Contaminación del suelo.
- Resistencia de los insectos y hierbas indeseadas ante medicamentos desarrollados para su contención.
- Posibles intoxicaciones debido a alergias o intolerancia a los alimentos procesados.
- Daños irreversibles e imprevesibles a plantas y animales tratados
Legislación de los alimentos termogénicos
A pesar de las oposiciones de grandes organizaciones como Green Peace, los alimentos transgénicos pueden ser comercializados de forma libre, sin embargo, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) en los Estados Unidos, exige una total transparencia al consumidor, obligando a las compañías fabricantes a notificar sobre la “naturaleza” de sus productos, además de que la información acerca del proceso de creación de tales alimentos debe ser enviada al Centro para la Nutrición Aplicada en los Alimentos de la FDA para su aprobación.
En conclusión…
Vale la pena consumirlos? Siendo sincero, creo que la respuesta depende cada persona, sin embargo, desde un punto de vista personal, alimentarse de este tipo de productos, a pesar de representar un beneficio tanto para llevar un estilo de vida saludable, así como para un ahorro sustancial económico, los síntomas perjudiciales que se acarrean pueden ser peores a la larga, no tanto para uno mismo, sino para el entorno general, ya que su producción representa un alto índice de contaminación para el medio ambiente, así como pone en peligro la biodiversidad natural de las plantas y animales tratados, puesto que estos últimos, con mejores genes podrían alterar los ecosistemas en los que los primeros se desenvuelven, provocándoles daños irreversibles, incluso llegando a tal grado de causar una posible extinción. En resumen, consumir alimentos transgénicos no es buena opción; hay que recordar que las empresas detrás de este negocio velan únicamente por sus intereses financieros a costa de la salud pública y ambiental.